Viaje a Perú (2)
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Escribo este texto un año después de viajar a Perú, con el maestro Juan Manuel Castro Prieto, hoy recién galardonado Premio Nacional de Fotografía y con otro maestro de la fotografía e historiador, Chema Conesa.
No se pueden tener mejores guías que ellos y no lo digo ya fotográficamente hablando, sino como personas y amigos. Junto a ellos me acompañaron algunos fotógrafos y fotógrafas más, que también resultaron ser muy agradables y buenos compañeros de viaje. De hecho, en la actualidad, seguimos viéndonos regularmente y trataremos por todos los medios de volver Perú todos juntos en cuanto sea posible.
Lo cierto es que, desde el lejano año 2001, que pude disfrutar con la exposición de 'Perú, viaje al sol' en la Sala de Exposiciones de la Plaza de Colón de Madrid, con motivo de PhotoEspaña, siempre soñé con viajar algún día al Perú de Martín Chambi y de Castro Prieto, sin imaginar que la primera vez que lo haría sería 13 años después y en compañía del mismísimo Juan Manuel.
Así que, sueño cumplido y además doblemente.
Desde el primer momento que aterrizamos en Cuzco, puedo decir que respiré la fotografía por todas partes. Más todavía, cuando nos encontrabamos en las zonas rurales, en poblaciones como Maras, Checacupe, Chinchero, Pichingoto, la isla de Taquile y tantos otros lugares donde nos cruzábamos con las gentes humildes y trabajadoras del campo peruano. Rememoraba una y otra vez las imágenes del maestro Chambi y del propio Juan Manuel, que tantas veces había mirado en el libro que se editó con motivo de la exposición de PhotoEspaña.
Nunca, en un viaje de doce días, había hecho más fotos a personas. Cierto, que he fotografiado paisajes y lugares, pero nada como las personas en un viaje como este. Los retratos se suceden uno tras otro, mañana y tarde, en calles, caminos, interiores de casas, tiendas, chicherías, huertos, campos de cultivo de quinoa, mercados, iglesias, cementerios, procesiones, etc.
Todos los días y a todas horas estamos con gente. No existen tiempos muertos que no sean fotográficos, salvo desayunos, comidas y cenas. Podría parecer que disparamos, casi compulsivamente, pero no. Recuerdo muy bien, cada fotografía y el momento de cada disparo, disfrutando cada gesto y cada mirada a la cámara, de niños, ancianos, trabajadores, etc.
En Perú, todo es belleza y buenas vibraciones, desde los paisajes del Valle Sagrado de los Incas, pasando por Moray, hasta Machu Picchu. Callejear por Cuzco, Puno, Lampa, etc., son sensaciones que hay que vivirlas. Todo me pareció increible e ideal para un fotógrafo, incluso atravesar, en el vehículo que nos desplazábamos, una ciudad infernal y caótica para el tráfico como es Juliaca.
Para finalizar el viaje, tuvimos la gran suerte de conocer a Teo Chambi, nieto del gran maestro y afamado fotógrafo peruano Martín Chambi, quien nos mostró, algunos objetos y muebles del antiguo estudio de Chambi, así como el archivo y algunas de las placas originales de las fotografías más famosas del maestro peruano. Allí, nos hicimos una foto de recuerdo del grupo, trece concretamente, contando a Juanma Castro Prieto y Chema Conesa.
En fin, no me voy a extender más. Solo comentar que, esperamos ansiosos la vuelta a cualquier otra zona del Perú.
