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Son juegos
de la niñez y de la adolescencia, paisajes
soñados en el recuerdo infinito y permanente
de nuestra memoria, realidades que quizá acontecieron
ya, deseos y pesadillas que algún día
puede que nos sucedan. Y todo este lenguaje,
en toda su plenitud, con la mayor generosidad
de color.
No necesita
un niño sofisticación alguna para
divertirse, únicamente libertad e imaginación
observando el arco iris. Ciuco, es el niño
que aprendió fotografía,
que se divierte, visualiza y recrea el
deseo que luego pueden revivir los adultos.
Ciuco Gutiérrez,
a quien conozco personalmente desde 1997, a través
de unas clases en la Escuela de Fotografía
EFTI de Madrid, logra transportarme a mi infancia,
a los juegos de pistoleros e indios, cerca del
reciento amurallado árabe de mi pueblo.
Otras veces, me sumerge en la magia de un bosque
medieval donde quizá ya estuve, logrando
que me sienta un hombre noble, valiente y con
fortaleza para conquistar cualquier hazaña.
Además de transmitir sensaciones, deseos y miedo, Ciuco sabe muy bien
lo que significa el color. Yo diría que lo moldea una y otra
vez minuciosamente, en total complicidad con el verde, rojo, amarillo,
azul, etc. para conseguir finalmente, regalarnos sus mejores luces
en las dosis adecuadas.
En sus fotos, no hay lugar para lo mortecino y hasta la propia muerte,
como diría Kevin Power, sería en technicolor.
Florencio Sánchez
Ciuco Gutiérrez
es un artista outsider que camina por
una incómoda cuerda floja (incómoda
para todos nosotros) entre, por un lado, lo banal,
barato y vulgarmente romántico; y por
el otro, las connotaciones lúdicas o lo
que podríamos llamar, las pequeñas
maravillas de lo mismo. Las presenta, literalmente,
en un paraíso de juguete artificial, que
mantiene el lado critico irónicamente
agudo y eficaz, mientras que al mismo tiempo,
se permite y además subraya, la existencia
de una seducción confesable o no tan confesable
por sus imágenes. Lo que intento decir
es que le gustan las cosas a las que también
odia; y lo que estoy sugiriendo es que nos dice
que en alguna extraña parte de nosotros,
compartimos tanto su gusto como su odio. Es esta
parte si/no de nosotros la que él pone
constantemente en un primer plano, en un technicolor
vicioso, en una especie de sintaxis visual insistente
de la cual no hay escapatoria; en una presencia
estética que eleva el origen kitsch de
muchos de sus materiales a la categoría
formal de arte.
Kevin
Power
Currículum
de Ciuco Gutiérrez Página
web personal:
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