El Fotógrafo también
realiza fotografías para que alguien
le escriba un articulo encantado.
Fotografiamos
para que nos reconozcan, por expresarnos, para
que nos den encargos, por hablar sobre el mundo,
para viajar, por ego y por egoísmo, para ver el infierno
y salir de él, por cambiar el mundo, para
que nos conozcan en el barrio, por creer y crear,
para huir de la miseria y de la pobreza, por
creernos mejor que nadie, para acariciar el cielo
que nunca conquistaremos, por autoestima, para
comprarnos casa y coche, por un premio y un aplauso,
para estar solos entre la multitud y contar lo
sucedido, por aprender y hacer preguntas, para
ligar, por ser curioso e ir más allá que
otros, para creernos inmortales, por el beso
de la chica, para ser famoso, por soñar,
para conservar la imaginación, por narrar
historias, para ser diferentes, por oler el miedo,
para sentirnos libres, por reivindicar la utopía,
para luchar por los pequeños detalles
de la vida, por ser protagonistas, para hacer
daño diciendo algo, por vivir con pasión,
para no tener dueño alguno, por tener éxito
y no tener que madrugar, para que nos vean como
valientes, por adornarnos sin envejecer, para
negarse a ser artista usando el corazón
con los ojos, por reventar de placer al publicar
en un periódico con nuestro nombre a pie
de foto..., y para conquistar todos los sueños
del mundo.
Pero también fotografié para
sentir y emocionarme, por no rendirme y sentirme
vivo, para ser sabio y escapar de la efímera
gloria, luchando, perdiendo, y por envidiar mirando
el beso emocionado de dos enamorados; y todo
ello, sin dejar de amar desesperadamente, solitario
disciplinado, austero, callado, como siempre;
como el héroe King-Kong.
Carlos de Andrés